El destete. 

Inés tiene seis meses, es hora de que empiece con la alimentación complementaria COM PLE MEN TA RIA.

Estoy harta de que me digan: ‘verás como ahora es mucho mejor’, ‘ahora dormirá más’. Anoche, mientras Papá preparaba el biberón con leche de fórmula (llena de aceite de palma, por cierto) y cereales, yo sólo podía pensar en que voy a perder ese momento cuando llego del trabajo y nos acostamos juntas en la cama mientras Inés mama. Y es demasiado pronto, para mí lo es.

Ya sé que Inés está creciendo, que es lo normal y sano, y que lo de la leche de fórmula lo arreglo sacándome leche, pero, que quieren que les diga, no me da tiempo, es así, aunque no me crean. Nunca he tenido un banco de leche en el congelador, me ponía contenta si llegaba a tener para una toma; ahora mismo tengo una bolsita con 60ml, pero es que he llegado a congelar hasta 5ml, me da igual, para mí eso es oro.

El caso es que anoche le dimos a Inés su primer bibe con cereales y yo después me eché a llorar. Un poco por las hormonas, supongo, y un poco porque veo como se me escapa de las manos esta etapa de bebé-bebé. Inés no volverá a ser tan pequeñita y cada vez me necesitará menos, y eso está bien y es sano, pero a mi me pone triste. Cada vez publicaré menos fotos en instagram con los hastags #lactanciamaterna o #breastfeeding, dejaré de sentirla tan cerquita, la teta ya no será lo único que la calme durante un berrinche, dejará de haber algo entre nosotras que sólo ella y yo podemos sentir. Inés ya no será tan mía, sino un poquito más del Mundo. Y eso es lo normal y está bien y es sano, pero yo hoy, egoístamente, estoy triste.


Firmado: Mamá.

Pd: hay que ver cómo cambia uno con esto de parir.

Mi cuerpo. 

Cuando me quedé embarazada publiqué dos entradas en otro blog que tengo, hasta que decidí que todo el tema de la maternidad/paternidad era tan extenso que se merecía un blog propio. Titulé esas entradas ‘Verdades sobre el embarazo’ (se puede consultar). Lo que quería en ese momento era hablar sin tapujos sobre el embarazo, siempre desde mi verdad.

Pues bien, he decidido hacer lo mismo desde este blog con el postparto. Empezaré diciendo que el puerperio no es tan terrible como me imaginaba, no te desangras, no hueles mal, ni nada de eso. Puedes hacer una vida totalmente normal, con la salvedad de llevar a un bebé colgando del pecho.

Es curioso lo de los entuertos, son las contracciones que hacen que el útero vuelva a su sitio y recuerdo notarlas perfectamente cada vez que Inés succionaba mi pecho. Es casi como si notaras que el útero se contrae (duele un poquitín pero es soportable, de verdad)

Durante el embarazo subí 7 kilos y gracias a la lactancia materna creo que los he perdido todos y alguno más. Después de dar a luz te crecen las tetas, que ya te habían crecido bastante durante el embarazo, pues no, más aún. Un día me miré al espejo y me vi cuerpo de gallina: lo que tenía en el culo ahora lo tenía en el pecho, en fin. Lo que si tengo es una tripilla incipiente que estoy intentando bajar, pero que quieren que les diga, creo que no está nada mal para haber tenido un bebé dentro.

En general estaba bastante contenta con mi cuerpo hasta que, supongo que debido a la mastitis que tuve, me creció más un pecho que el otro. La mastitis es una inflamación que puede producirse en un pecho y cuyo tratamiento pasa por la estimulación por parte del bebé; pues yo creo que me pasé con la estimulación y ahora tengo una teta de la que Inés come como si no hubiese un mañana y otra chiquitita que masca como si fuera un chicle, pero de la que no salen ni dos gotas. Eso si, yo sigo empeñada en relactarla aunque mi hija ya vaya a empezar con la alimentación complementaria.

Otro asunto importante después del parto es la vejiga y la incontinencia urinaria, a mi no se me escapó nunca el pis, pero es verdad que tenía menos aguante. Para eso nada mejor que los ejercicios de Kegel, antes, durante y después del embarazo. Yo estaba muy preocupada por este tema y mi matrona me valoró y me dijo que me había recuperado bastante bien, así que lo recomiendo a todo el mundo, así como el Pilates para embarazadas. Y si eso no sirve, no preocuparse, que hay fisioterapeutas especializados en suelo pélvico y por lo que me han dicho funcionan de verdad.

Para terminar este post un consejo para las futuras mamás: mucha crema hidratante antes y después del embarazo y a la hora de la lactancia no se olviden de alternar los dos pechos, yo creía que no era importante pero si que lo es, a ver que hago yo este verano con mi escote asimétrico.

Firmado: Mamá.

Sí a las vacunas

Creo que soy una persona de mente abierta, por eso escribo este post, para que me expliquen, si quieren, ciertas cosas.
No entiendo que haya gente en contra de las vacunas, es más, me parece extremadamente peligroso que haya niños sin vacunar porque eso pone en riesgo al resto de la población. Además, no entiendo que hayamos llegado a una época en la que renegamos de algunos avances científicos que han sido cruciales para la evolución de la especie.

Mi padre es médico de atención primaria; el otro día le pregunté si había visto muchas reacciones a las vacunas y me dijo que no. Así que, ¿por qué hay una corriente ahora en contra de las vacunas?, supongo que será la misma corriente que está en contra de la epidural. No lo entiendo, de verdad, que alguien me lo argumente.

Supongo que antes no te daban tanta libertad para elegir, si había que ponerle una vacuna a un bebé se le ponía y punto, digo yo.

El caso es que si nos podemos aprovechar de los avances científicos para bien de nuestros hijos, hagámoslo. No te digo yo que le metas en el cuerpo la primera cosa que salga al mercado, que hay mucho negocio en la farmaceútica, pero las vacunas obligatorias, las que están en la cartilla de vacunación y han sido probadas, pues si. No sé, yo parto de la base de que probablemente todos los de mi generación debemos estar vacunados y aquí estamos (más o menos)


Firmado: Mamá.